lunes, 3 de septiembre de 2012

Quino, Genio y Figura


Antes de hablar un poco de la historia de mafalda, hay que hablar primero de su creador. 

Nacido en Mendoza, hijo de emigrantes andaluces, de Fuengirola (Málaga), le llamaban Quino desde pequeño para distinguirlo de su tío, el ilustrador Joaquín, que fue quien despertó su vocación de dibujante a edad muy temprana. En 1945 tras la muerte de su madre, empieza a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza. Su padre muere poco después, teniendo 16 años; al año siguiente abandona la escuela, con la intención de convertirse en autor de historietas cómicas, y pronto vende su primera historieta, un anuncio de una tienda de sedas. Intenta encontrar trabajo en las editoriales porteñas, pero fracasa. Tras hacer el servicio militar obligatorio, en 1954 se establece en Buenos Aires en condiciones paupérrimas.

Mafalda y su nacimiento


Ahora bien ya que conocemos al hombre detras de la figura de mafalda hablaremos un poco de ella y de su historia.

Mafalda es una nena curiosa, inquieta y terriblemente irónica, nacida de una típica familia porteña. En un cuerpo de niña despunta la rebeldía juvenil marcada por el progresismo. Pero Mafalda es una rebelde sensata, no es una destructora anárquica del mundo. Es contestataria, con una cabeza abierta y propensa a filosofar a partir de cualquier hecho cotidiano. Representa la aspiración idealista y utópica a hacer de éste un mundo mejor, aunque la envuelve el pesimismo y la preocupación en casi todo el tiempo debido a las circunstancias que lo aquejan inevitablemente. Le gustaría estudiar idiomas y trabajar de intérprete en las Naciones Unidas para contribuir a la paz mundial. Mafalda está convencida del progreso social de la Mujer y lo preconiza a ultranza, algo adelantado a su época.

Mafalda y su Buena Aptitud

A pesar de tan solo tener 6 años, esta niña bien centrada en sus pensamientos, nos anima a ser positivos ante cualquier circunstancia y adversidad.